Soria se rinde al arte del hilo: llega el XVII Encuentro de Encajeras
El próximo 28 de septiembre, la Plaza Mayor de Soria dejará por un momento sus paseos cotidianos para convertirse en un vibrante tapiz de color, tradición y talento. Será una mañana para enmarcar, porque se celebrará allí el XVII Encuentro de Encajeras, una cita ya indispensable para quienes sienten la pasión por el encaje de bolillos, esa danza de hilos que, entre palillos y almohadillas, teje paciencia y belleza a partes iguales.
Desde las 10:00 hasta las 13:30, decenas de mujeres —y también algún hombre, que los hay y bien orgullosos— se darán cita en pleno corazón de la ciudad, transformando la plaza en un taller al aire libre. Bajo las carpas, el sonido del clic-clic de los bolillos marcará el ritmo de la mañana. El mismo que ha marcado generaciones, porque el encaje no es solo una técnica: es memoria viva, herencia que se transmite con cariño y constancia, de abuelas a nietas, de maestras a aprendices.
La organización corre a cargo de la Asociación Cultural Encajeras Leonor de Soria, que lleva años impulsando esta labor artesanal con entusiasmo y una energía contagiosa. Y no lo hacen solas: el Ayuntamiento de Soria, la Diputación Provincial y Caja Rural de Soria colaboran para que esta cita crezca y se consolide como uno de los encuentros más entrañables del calendario textil nacional.
Una exposición para dejarse deslumbrar
Como complemento perfecto a la jornada del domingo, se celebrará una Exposición de Labores en el Salón del Ayuntamiento. El sábado 27, estará abierta al público de 11:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:00; y el domingo 28 de 10:00 a 13:00. Un paseo por esta muestra es una delicia visual: mantillas, puntillas, tapetes, abanicos y hasta ropa de vestir, todo elaborado con mimo y una técnica tan precisa que parece mágica. Es como si las manos de quienes tejen hablaran otro idioma, uno que se entiende con el corazón y la admiración.
Soria, mucho más que encaje
Y ya que estamos, hablemos claro: quien va a Soria por el encaje, se queda por su encanto. Porque la ciudad no solo acoge este evento con los brazos abiertos, también invita a descubrir su historia, su paisaje y su sabor.
Un paseo por el casco antiguo es como abrir un libro ilustrado. Desde la concatedral de San Pedro hasta el Arco del Cuerno, cada callejuela murmura leyendas. Y si te animas a subir al parque del Castillo, las vistas del Duero y del Moncayo al fondo te roban un suspiro. A un lado, el claustro románico de San Juan de Duero con sus arcos entrelazados; al otro, la ermita de San Saturio, colgada de la roca, donde cada piedra tiene alma.
Y cuando el cuerpo pide un alto, nada como una buena mesa soriana: torreznos crujientes, mantequilla con denominación de origen, setas de temporada, vino de la Ribera del Duero… y si es con sobremesa larga y charla de hilo por medio, mejor que mejor.
Un encuentro que une generaciones
Pero lo más emocionante de estos encuentros no son solo los encajes, sino las personas. Es ver cómo una niña de nueve años observa embobada a su abuela mover los bolillos, o cómo un grupo de amigas de distintos puntos de España se reencuentra un año más frente a sus almohadillas, con sonrisas de oreja a oreja. Es ese tejido invisible de afectos y respeto por lo hecho a mano que se va trenzando entre todas.
En un mundo que corre demasiado, el encaje de bolillos nos recuerda que lo importante se construye despacio. Punto a punto. Y este XVII Encuentro de Encajeras en Soria es, sin duda, una puntada firme hacia el futuro de nuestras tradiciones.
Así que ya lo sabes: si tienes alma de artesana, si te fascinan las labores con historia o si simplemente quieres vivir una mañana diferente y luminosa, el 28 de septiembre tienes una cita en Soria. Llévate tu curiosidad, tu cámara, y quién sabe, tal vez vuelvas con una nueva afición entre manos.

