Pamplona se viste de hilo y tradición: XII Feria de Artesanía y Encuentro de Encajeras
El 8 de junio de 2025, Pamplona se convierte, una vez más, en el epicentro de la artesanía textil con la esperada XII Feria de Artesanía y Encuentro de Encajeras, organizada por el grupo “Encajeras de Navarra”, con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona. El evento se celebrará en el Baluarte, de 10:00 a 13:30 horas, y promete ser una mañana llena de tradición, colorido y manos sabias que danzan al compás de los bolillos.
Este encuentro no es solo una feria, sino un homenaje vivo a una técnica ancestral que ha traspasado generaciones y fronteras: el encaje de bolillos. Quienes ya han asistido en ediciones anteriores saben que aquí se respira más que artesanía: se respira cariño, comunidad y una pasión tejida punto a punto.
Un árbol de encaje que nos une
Este año, la imagen del cartel es especialmente significativa: un majestuoso árbol de encaje, con sus hojas multicolores creadas con hilos finísimos y su tronco tejido con una maestría que emociona. Cada hoja, como cada encajera, representa una voz distinta, un estilo propio, y sin embargo, todas juntas forman una unidad que crece y florece con fuerza. Un símbolo precioso de lo que ocurre en este encuentro: la unión de muchas manos en un mismo arte.
Además de la exposición, se realizarán demostraciones en vivo, en las que el público podrá observar de cerca el proceso delicado y minucioso del encaje de bolillos. Desde las iniciadas hasta las más veteranas, todas comparten técnicas, trucos y sonrisas.
Pamplona: más allá del encaje
La cita en Pamplona es también la excusa perfecta para disfrutar de una ciudad que, en junio, desborda vida. A tan solo un mes de sus famosas fiestas de San Fermín, la capital navarra luce sus calles más serenas y acogedoras. Pasear por la Ciudadela, tomarse un café en la Plaza del Castillo o recorrer el Camino de Santiago a su paso por el casco antiguo, es regalarse una experiencia inolvidable.
Y si el hambre aprieta —como suele pasar tras una mañana de feria—, no hay que irse sin probar unas buenas pochas a la navarra o un pincho de tortilla en alguno de los bares del casco viejo. Pamplona tiene ese equilibrio delicioso entre lo tradicional y lo moderno, entre lo rural y lo urbano, que la hace especial.
El valor de lo hecho a mano
La Feria es también una reivindicación del valor de lo artesanal en un mundo dominado por lo inmediato. Cada pieza de encaje cuenta una historia: la de una abuela que enseñó a su nieta, la de una encajera que aprendió de manera autodidacta, la de un grupo que se reúne cada semana no solo para hacer encaje, sino para compartir vida.
Y no olvidemos que la cita del Baluarte también sirve para dar visibilidad a otros artesanos textiles, que suelen acompañar el evento con puestos donde se pueden encontrar telas teñidas a mano, bastidores, hilos tintados con plantas naturales y hasta kits para aprender desde cero.
Una mañana con alma
Así que, si estás en Pamplona el 8 de junio, no te lo pienses. Acércate al Baluarte y déjate envolver por el sonido rítmico de los bolillos, por el murmullo de las conversaciones entre encajeras, por el colorido de los hilos, por la pasión que se transmite sin palabras, pero con hilos.
Ven a celebrar que lo hecho a mano sigue vivo, que la tradición no está reñida con el futuro y que, mientras haya manos dispuestas a tejer, habrá encuentros como este que nos reconcilien con lo bello, lo lento y lo auténtico.